Los Básicos Celulares
Por Joel Comiskey
Publicado en Small Group Network, Enero 2002
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“¿Y qué acerca de la dirección del Espíritu Santo en el grupo pequeño?,” una dama me preguntó durante mi lección acerca de la agenda del grupo pequeño dada en Krosnodar, Rusia. De la manera que había sido hecha la pregunta, percibí que estaba cuestionando la espiritualidad de una agenda preplaneada. “Después de todo,” pensó, “¿una agenda preplaneada no sería una torpeza para la obra del Espíritu?”
Esta dama rusa con sinceridad quería seguir al Espíritu, no a un plan hecho por el hombre. Y yo me unía a su preocupación. Prefiero tener una reunión desordenada pero dirigida por el Espíritu Santo a una ordenada en el que el Espíritu no tiene lugar para actuar.
Una agenda, ciertamente, no es la principal razón para que un grupo sea exitoso. Si usted es un veterano líder de grupos pequeños usted sabe que los planes y la preparación ayudan pero no son suficientes. Usted debe estar de acuerdo que el sentido común ungido por el espíritu Santo hace que todo funcione. El seguir planes rígidos y preconcebidos cuando alguien está pasando por un problema personal es un fracaso en sí mismo.
Recuerdo cuando en cierta ocasión visité un grupo pequeño de la Iglesia Amor Viviente, una famosa iglesia basada en grupos en Honduras. Vi con agrado cómo la líder del grupo pequeño hizo que todos participaran. Al terminar la reunión la entrevisté y ella me comentó: “Nuestro líder nos ha dicho que no debemos seguir la misma agenda cada semana. Nos alentó a cambiar las cosas intencionalmente, a veces teniendo la adoración al principio, otras veces al final, para prevenir que las personas se aburran.”
Mi experiencia en Honduras aquella noche me confirmó que no hay nada sagrado en una agenda. Las mismas son simple mapas para guiarnos a nuestro destino de tener vidas transformadas. Una agenda necesita ser puesta a prueba si cumple su propósito.
Muchas veces me he sentido guiado a dejar de lado la agenda. Mi agenda cuidadosamente planeada repentinamente parecía ser apropiada con sólo cuatro creyentes en mi sala o con alguien que estaba sufriendo y silenciosamente clamaba por ayuda o atención. En esas ocasiones me sentí guiado por el Espíritu Santo a improvisar y acomodar el plan a la circunstancia. El noventa y nueve por ciento voy a seguir el plan que he trazado, pero en un uno por ciento lo adapto a una circunstancia extraordinaria. Puede ser que alguna vez usted se sienta guiado a adaptar sus planes para hacer algo único que no había anticipado, solamente asegúrese de tener una agenda para el grupo pequeño siempre. El diccionario general de la lengua española define una agenda como “ Conjunto de actividades que debe desarrollar una persona en un corto espacio de tiempo.”
Una agenda que podemos usar se puede sintetizar con la sigla B.A.P.O.: Bienvenida, Adoración, Palabra, y Obras. Me gusta este orden porque permite al grupo:
- Vivir los pasajes de las Escrituras que se refieren a “unos a otros.” El tiempo de bienvenida abre la posibilidad de compartir nuestras vidas personales.
- Entrar en la presencia de Dios. El tiempo de adoración ayuda a los miembros a recibir la plenitud de la presencia de Dios en sus vidas.
- Interactuar con la Palabra de Dios. El tiempo de la Palabra permite que Dios hable a cada miembro desde su Palabra inerrante.
- Alcanzar a los no cristianos. El tiempo de obras permite poner en práctica lo aprendido para concentrarnos en los de afuera.
B.A.P.O. no producirá vida instantánea en el grupo pequeño. Pero podrá ser un instrumento para canalizar la obra de Dios entre los miembros del grupo.
Introducción a B.A.P.O.
Bienvenida (15 minutos)
Muchos miembros de su grupo pequeño llegan cansados de sus trabajos. Han trajinado todo el día necesitan una transición hacia lo espiritual. Algunos asistirán porque saben que deben estar allí, no necesariamente porque sientan hacerlo. Comience con una nota alegre. Déjeles distenderse para poder entrar en la dinámica del grupo. El tiempo de bienvenida normalmente comienza con una pregunta dinámica que rompe el hielo. Cuando un rompe hielo es bueno, usted tiene garantizada la participación. Puede comprar libros enteros dedicados a rompe hielos, por lo tanto, no debe sentirse sin recursos en esta área.
Adoración (20 minutos)
La meta del tiempo de adoración es entrar en la presencia del Dios viviente y darle el control de la reunión. El tiempo de adoración ayuda al grupo a ir más allá del compañerismo. Sin la presencia de Cristo, el grupo pequeño no es diferente de un grupo social, una reunión familiar, o un encuentro de amigos luego de un partido de fútbol. El líder de adoración debiera elegir cinco o seis canciones de adoración para comenzar. Otra posibilidad es que el líder de adoración puede invitar a los miembros a seleccionar canciones antes del tiempo de adoración y luego cantarlas juntos. Creo que es mejor hacerlo así antes que parar cada vez para elegir una nueva canción, ya que de esta manera nos concentramos solamente en Dios y no en pensar en una nueva canción. El entrar a la presencia de Dios por medio de la música es una parte importante del tiempo de la adoración. Asegúrese de que todos tengan las hojas con las canciones. Esto ayuda a que:
- Los que visiten por primera vez no se sienten incómodos por no ver las letras de las canciones.
- Algunos nuevos cristianos o miembros de iglesias no conocen las canciones de su iglesia.
- Tiene más libertad para cantar nuevas canciones.
Palabra (40 minutos)
El tiempo de la Palabra es cuando Dios habla a nuestros corazones por medio de la Biblia. Hay abundantes recursos para poder preparar buenos estudios. Uno de los mejores en inglés es la Biblia Serendipity. Casi todas las editoriales denominacionales tienen muy buenos estudios bíblicos en español. Muchos grupos siguen el mismo tema y escritura del sermón del domingo. Aunque esto es lo mejor, recuerde de NO discutir el sermón. Las personas debieran interactuar con la Palabra de Dios, no con el sermón. Si el sermón es el centro aquellos que visiten la iglesia se sentirán dejados de lado. Aunque la iglesia provea el estudio es esencial que cada líder de grupo pequeño examine la lección y la aplique a las necesidades del grupo. Inexorablemente Dios habla al grupo por medio de Su Palabra y las personas ven sus necesidades. He visto que es efectivo levantar pedidos de oración al término del estudio. Muchas veces imponemos las manos sobre aquellos que están pasando una necesidad especial. El tiempo para el estudio de la Palabra normalmente dura unos cuarenta minutos. Me gusta dedicar unos diez de esos cuarenta minutos a orar por las necesidades específicas del grupo.
Obras (15 minutos)
Esta última parte del grupo pequeño es el tiempo de Obras y ayuda al grupo a concentrarse en otros. No hay una manera única para llevarlo a cabo. La idea central de este tiempo es alcanzar con el evangelio a los de afuera. El tipo de actividad puede variar semanalmente:
- Orar por los no cristianos que se quiere invitar
- Preparar un proyecto de misericordia que prácticamente comparta el amor con otros
- Planear para la multiplicación futura
- Decidir acerca de eventos próximos del grupo que sirvan para comunicarse con otros (ejemplo: cena, video, picnic, etc.)
- Orar por familiares no creyentes
El líder puede pedir al grupo: “Recuerden de orar por nuestra nueva multiplicación que comenzará en dos meses. Oren por Frank, quien necesita completar el último curso de entrenamiento. Oren para que esté listo para comenzar con el Nuevo grupo pequeño.”
Durante este tiempo puede promover y planear un proyecto de obra de misericordia para el alcance de los no creyentes del vecindario. Creo firmemente que los grupos pequeños son perfectamente adecuados para satisfacer las necesidades tanto de los de adentro del grupo como de los de afuera. Un grupo pequeño ofrece un manera única y efectiva para alcanzar profundamente el corazón de las personas no creyentes.
La iglesia del nuevo testamento creció y prosperó por medio del evangelismo de grupo misericordioso. Dios está llamando a su iglesia a tomar nuevamente este maravilloso método de evangelismo.
¿Salieron las personas edificadas?
Edificar simplemente quiere decir construir. Pablo dice a la iglesia de Corinto, “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” (1 Corintios 14:26).
Este debe ser el principio guía del grupo pequeño. Una reunión exitosa de grupo pequeño es aquella donde todos son edificados y fortalecidos en la fe. La medida de éxito debe ser si el cuerpo de Cristo salió edificado en su fe, no si cumplió con el B.A.P.O..
El centro del grupo pequeño debe ser Jesús. Todos podrán querer tener un énfasis personal, convertir el grupo en un seminario d extensión, un concierto de adoración o un centro profético y de lenguas.
Ponga a Jesús en alto en el grupo y El va a dar un balance delicado al grupo entre estudio, evangelismo y compañerismo. Puede ser que una semana pase más tiempo en la Palabra mientas que otra se dedique más a la adoración.
Recuerde que el B.A.P.O. no es la Biblia ni el Decálogo. Son solamente guías para ayudarle a centrarse en Jesús, hacer que todos participen y practiquen la Palabra juntos. El centrarse en Jesús da al grupo un apropiado balance.