Por Joel Comiskey, Vive: Experimente la vida de Cristo
Cuando participamos en la Cena del Señor, recordamos que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. El vino es de color rojo y representa la sangre de Jesús que fue derramada en la cruz por nuestros pecados. Cuando repartimos la copa y el pan, no estamos comiendo literalmente el cuerpo y la sangre de Cristo. Simplemente estamos recordando lo que Él hizo por nosotros.
En 1 Corintios 11:25, la Biblia dice: «De la misma manera, Él tomó la copa, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; bébanla para recordarme”». La copa representa la sangre de Cristo derramada en la cruz por nuestros pecados. Es un símbolo del sacrificio de sangre de Cristo por ti y por mí.
La Cena del Señor en la Iglesia primitiva
Leemos en los relatos evangélicos que Jesús reunió a sus discípulos en una casa donde partió el pan y compartió el vino para preparar a los discípulos para su muerte (por ejemplo, Lucas 22:7-38).
La Iglesia primitiva siguió el ejemplo de Cristo partiendo juntos el pan. Compartieron una comida completa mientras celebraban su muerte y resurrección (Hechos 2:46; 1 Corintios 11:20-26).
Todos traían comida, poca o mucha, y la compartían. La Iglesia primitiva recordaba que la muerte de Cristo en la cruz trajo la salvación, y esperaban con ilusión su segunda venida, cuando disfrutarían de las bodas del Cordero. ¿Celebraban la Cena del Señor cada vez que se reunían? No lo sabemos, pero, al parecer, era una práctica frecuente.
Autoexamen
Antes de compartir la Cena del Señor, es esencial autoexaminarse y reflexionar sobre lo que Jesús había hecho. Recuerda lo que dijo el salmista: «Si yo hubiera acariciado el pecado en mi corazón, el Señor no me habría escuchado» (Salmo 66:18). Intento confesar cualquier pecado conocido en mi propia vida (por ejemplo, amargura, ira, etc.) y preparar mi corazón para participar en la Cena del Señor. Dedicar tiempo a pensar en el increíble sacrificio de Cristo y en la libertad que ahora ofrece.
Combinación de Célula y Celebración
Algunas iglesias celulares celebran la Cena del Señor en el grupo celular, mientras que otras lo hacen en el servicio de celebración. Yo recomiendo un enfoque combinado. A veces, es estupendo celebrar la Cena del Señor con todos presentes, pero también es muy especial celebrarla en el ambiente íntimo del hogar.
Tanto en la celula como en la celebración, lo importante es reflexionar sobre lo que Jesús hizo en la cruz, su resurrección y su futuro regreso.