Multiplicación: El Resultado de Hacer Discipulos

Evangelismo/Multiplicación

por Joel Comiskey

2016

Cuando escribí Home Cell Group Explosion (Explosión de Grupos Celulares en los Hogares) hace dieciocho años, creía y enseñaba que la multiplicación conducía al ministerio celular y merecía ser la prioridad. Sin embargo, a lo largo de los años, he notado problemas con mi énfasis en la multiplicación celular.

Algunas iglesias, por ejemplo, se multiplicaron a pesar de los “grupos fantasmas” para alcanzar la meta de fin de año, sólo para ver los grupos marchitarse rápidamente. Otros permitieron que un líder de célula dirigiera más de un grupo con el fin de producir más números. Esta estrategia multiplicó células, pero estas no eran saludables y los discípulos no se desarrollaron.

En el 2011, escuché a Mario Vega enseñar acerca de la multiplicación como un factor de salud. Habló acerca de centrarse en la salud del grupo y luego usó la frase, “las células saludables se multiplican”. Fue un “momento eureka”. Me di cuenta que el enfoque debe centrarse en la salud celular que dé lugar a la multiplicación.

Mi comprensión de la multiplicación se profundizó cuando escribí mi libro en el 2013 Making Disciples in the Twenty-first Century Church (Haciendo Discpulos en la Iglesia el Siglo 21). Llegué a la conclusión en ese libro que el objetivo del ministerio celular debe ser hacer discípulos saludables que se traduzcan en multiplicación. En otras palabras, la multiplicación es el subproducto de tener un equipo de discípulos listos para iniciar una célula. Cuando esos discípulos se forman, la multiplicación celular puede tener lugar.

En el libro Making Disciples (Haciendo Discí­pulos) respondí a la pregunta “¿cuándo está lista una célula para multiplicarse?”. Mi respuesta es cuando un equipo de discípulos se ha formado. ¿Pero cómo? A través de la célula y el sistema celular. La célula es esencial para formar discípulos a través de la construcción de comunidad (los unos a los otros), el sacerdocio de todos los creyentes (todos participando), la evangelización de grupo, y desarrollo de liderazgo. El sistema celular capacita discípulos a través de la amplia pista de equipamiento y cuidadosamente capacita a los nuevos equipos. En otras palabras, la gran motivación para el ministerio celular es hacer discípulos que hagan discípulos. La célula, en realidad, es sólo el contexto o el lugar donde un equipo de discípulos crece y madura. Y sí, necesitamos muchas células para cumplir la gran comisión de Cristo.

Creo que una iglesia debe tener como meta nuevas células, pero en realidad, me estoy refiriendo a hacer nuevos discípulos. Cuando capacito a pastores, dirijo a los pastores a imaginar nuevos discípulos formados a través del sistema celular y la célula. A lo largo del año soñamos y planeamos hacia la meta de nuevos discípulos dirigiendo células. Sin embargo, nunca capacito a los pastores para multiplicar células a toda prisa sólo para cumplir con los objetivos de la iglesia. Sé por experiencia que las células carentes de discípulos se marchitan rápidamente e incluso pueden afectar negativamente el sistema celular a largo plazo.