La interesante historia de fondo es el papel de sus entrenadores. Harold Abrahams contrató al famoso entrenador, Sam Mussabini, para hacerlo más rápido. Mussabini tenía que vigilar las emociones volátiles de Abram, así como también el lado físico del entrenamiento. El entrenador de Liddell, Sammy McGrath, era un viejo amigo de la familia y usó un estilo de entrenamiento personal y de amistad para mejorar la carrera de Liddell. McGrath tuvo que equilibrar el entrenamiento de Liddell con su compromiso de servir a Jesús y usar su carrera para la gloria de Dios, no la fama personal. Tanto Liddell como Abrahams ganaron medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París, y sus entrenadores jugaron un papel vital.
La Biblia nos muestra la efectividad del entrenamiento. Jetro entrenó a Moisés en el desierto (Éxodo 18), Él animó a Moisés, pero también señaló sus deficiencias. Ayudó a Moisés a organizar la nación de Israel en grupos de 10, 50, 100 y 1000. Barnabas instruyó a Pablo a través del estímulo y la enseñanza (Hechos 12-13). Elías entrenó a Eliseo para reemplazarlo como el profeta de Israel. De hecho, el entrenamiento describe mejor las relaciones de uno a uno que vemos en la Biblia. Jesús usa el concepto de discipulado en el contexto grupal, pero uno-a-uno se comprende mejor a través del entrenamiento. La idea es acompañar a un líder para ofrecerle aliento y otra perspectiva.
Lo mismo ocurre en las iglesias celulares. David Cho, el padre del movimiento de la iglesia celular moderna, lo dijo muy bien: “El papel más importante en el ministerio celular es el del líder de sección (entrenador)”. Cho se dio cuenta de que los líderes celulares necesitaban entrenadores que pudieran estar a su lado para alentar, desarrollar, cuidar y crear estrategias. Aquellos líderes sin entrenadores que tienen que valerse por sí mismos normalmente fracasan.
Jim Egli concluyó su investigación de postgrado con 3.000 líderes celulares en 20 países diciendo: “El entrenamiento de calidad de los líderes celularesfue el factor más importante para establecer un sistema celular exitoso”. Egli analizó una serie de factores, pero concluyó que el entrenamiento era lo más importante.
Entonces, ¿qué podemos hacer para priorizar el entrenamiento ?
- Semana 1 (del 2-8 de septiembre): La base bíblica para el entrenamiento.
- Semana 2 (del 9 al 15 de septiembre): la visión de los nuevos entrenadores. La visión pastoral para el desarrollo de entrenadores es fundamental para que funcione. A menos que el pastor levante entrenadores, él o ella tendrá que hacerlo todo y el sistema celular no crecerá.
- Semana 3 (16-22 de septiembre): ¿Quiénes son los candidatos para el entrenamiento? ¿Cuáles son las características clave? La fructificación y la integridad son dos cualidades esenciales. La multiplicación y la fructificación son requisitos clave.
- Semana 4 (23-29 de septiembre): ¿Qué hacen los grandes entrenadores, parte 1
- Semana 5 (30 de septiembre-06 de octubre): ¿Qué hacen los grandes entrenadores, parte 2.