The Domestic Churches

by | Sep 6, 2012 | Uncategorized | 0 comments

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by Mario Vega

The “house” (oikos) in the first century was a different reality from our own now. It was not just a place where a nuclear family lived, but it was also the place where the helpers or slaves lived, and where knowledge was transferred from generation to generation.

The father taught his trade to his son who, in the future, would inherit the business. Most families did not have slaves but did have helpers who became part of the family. And strange as it may seem, even the animals owned by the oikos lived inside the houses.

Family, work, and social life was concentrated within the walls of the house. When Christianity emerged into the Roman world, it penetrated the oikos, which affected all areas of life. Those who recognized the lordship of Jesus did among family, work and social relationships. That is the reason why in the epistles, the ethical recommendations to the family are followed by the work recommendations. It all formed a unique body of life.

Today things are different: we have a house where we live, another place where we work, another place where we see our friends and above all, another place where we worship God. The direct result that comes from this is that it allows people to conceive their faith divorced from their work, their place in society, and even from their family.

When start emphasizing cell ministry, God returns home. Cell ministry is the first step to demonstrate a holistic approach to faith, which then should be extended to society and work. Thus, the cells are challenging but at the same time so rewarding. They are a firm step to the return of the New Testament church.

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Las iglesias domésticas.

por Mario Vega

La “casa” (oikos) en el siglo I era una realidad diferente a la nuestra. No se trataba solamente de un lugar donde viva una familia nuclear sino que, además, era el lugar donde también vivan los ayudantes o esclavos y donde el conocimiento se trasladaba de generación en generación.

El padre de familia enseñaba su oficio a su hijo quien, en el futuro, heredara el negocio. La mayor parte de familias no tenan esclavos pero s ayudantes que se convertan en parte de la familia. Y por extraño que nos parezca, incluso los animales propiedad del oikos vivan dentro de las casas.

Dentro de las paredes de la casa se concentraba la vida familiar, laboral y social. Cuando el cristianismo surgió fue a instalarse directamente dentro del oikos afectando con ello todas las áreas de la vida. Quien reconoca el señoro de Jesús lo haca en su familia, trabajo y relaciones sociales. Esa es la razón por la que en las epstolas las recomendaciones éticas para la familia son seguidas por las recomendaciones laborales. Todo formaba un cuerpo único de vida.

Hoy en da las cosas son diferentes: tenemos una casa donde vivimos, otro lugar donde trabajamos, otro lugar donde vemos a los amigos y, sobre todo, otro lugar donde adoramos a Dios. El resultado directo de ello es que permite que las personas conciban su fe divorciada de su trabajo, de su lugar en la sociedad y hasta de su familia.

Con el trabajo celular Dios vuelve al hogar. Es un primer paso que muestra la necesidad de un enfoque holstico de la fe que debe extenderse a la sociedad y al trabajo. Por ello las células son tan desafiantes pero al mismo tiempo tan gratificantes. Son un firme paso al regreso de la iglesia del Nuevo Testamento.

 

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Senior leader for Elim International, www.elim.org.sv

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