The Hunter, the Monkey, and the Peanuts

by | Sep 20, 2011 | Uncategorized | 0 comments

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by Ralph Neighbour

Have you heard about the trapper who found a way to catch monkeys? He attached a glass bottle with a narrow neck to a tree and put peanuts in it. The monkey would see the peanuts, slide his hand into the bottle’s neck and snatch the peanuts. His clenched fist would not allow him to remove his hand. He would stand for hours holding onto the peanuts until the trapper captured him.

It’s amazing to see the values traditional Christians hang onto rather than release them so they can move on. The peanuts are quite conventional: the clergy are superior to the laity; “church” is a building where we serve the Lord; seeker sensitive services grow Sunday audiences, and “small groups” are tools to keep members happy. There may be variations on these themes, but in the end they’re still peanuts that hinder the emergence of the authentic Body of Christ.

The Supreme Value: The Body of Christ

The triune God is an invisible Spirit. He cannot be seen or known unless He assumes some visible form. Romans 1 explains He revealed Himself as Elohim, the Creator, by speaking the universe into existence. He revealed Himself as Jehovah, Who “will always be what I have always been,” by inhabiting the body of a man sired by the Father. In John he stated, “for the works which the Father hath given me to finish, the same works that I do, bear witness of me, that the Father hath sent me.”

Inside the skin of Jesus lived both a human and God the Son. His works to finish were to declare the reign (Kingdom) of God over all created things and to atone for the sin of all mankind. On the cross, He cried, “It is finished!”

But the Father had another further assignment for the Son. It would require a second body, one that could exist simultaneously in every generation and in every ethnos. The removal of the Jesus body was followed ten days later by the Son descending in Shekinah tongues of fire as He entered His new body. Instantly He began to function to fulfill His final assignment. As Peter explained He was revealing His indwelling Presence inside the skins of these new body members. Thousands bowed before Him and entered the Kingdom to live under His Lordship.

We are ecclesia, “called out ones” who have received the fullness of the Godhead residing inside their skin. After being baptized by the Holy Spirit to become body members, they transport the indwelling Christ into their oikoses. According to Paul in 1 Corinthians 14:24-25, Christ Himself then energizes prophecies in these small groups to reveal His Presence, causing unbelievers to fall on their faces confessing “God is among you.”

The Cell Is the Most Valuable Treasure of God On The Earth Today

We must “let go” of our peanut-sized misconceptions about “church” and value what God values: a basic community of Christ-filled body members controlled by the Head, exposing His Presence and Power to unbelievers and ungifted ones.

Key Principles

1. All believers possess equally the complete righteousness of Christ.

2. All believers can manifest the energeia, the charismata, of His Power.

3. Authentic evangelism is the body of Christ so exposing His indwelling presence that observing unbelievers will fall on their faces and worship Him.

4. Each cell, a body of Christ, exists to experience Him working out His salvation from the power of sin within them.

5. Each cell practices its prime mission: to assist Christ to fulfill His final mission: to draw all men to Himself. They cannot do this for Him; instead, they surrender themselves to Him to do this through them.

6. The local church does not form cells; the cells form the local church.

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Ralph

Korean translation: http://cafe.naver.com/ncdcell/1262

Spanish translation:

El cazador, el mono, y el Man

Por Ralph Neighbour

¿Has odo hablar del cazador que encontró una forma de atrapar monos? Él Adjunto una botella de vidrio con un cuello estrecho a un árbol y puso mans en la botella. El mono ve el man, y desliza su mano en el cuello de la botella y arrebata el man. Su puño cerrado no le permite sacar su mano. Se puso de pie durante horas sosteniendo el man hasta que el cazador lo capturo.

Es increble ver los valores cristianos tradicionales colgados en lugar de ponerlos en libertad, para que puedan seguir adelante. El man es bastante convencional: el clero es superior a los laicos, la “iglesia” es un edificio donde servimos al Señor, los buscadores de servicios sensibles crecerán en público el domingo, y los “pequeños grupos” son herramientas para mantener a los miembros felices. Puede haber variaciones sobre estos temas, pero al final siguen siendo los mans los que impiden la aparición del cuerpo auténtico de Cristo.

El valor supremo: el Cuerpo de Cristo

El Dios trino es un Espritu invisible. Él no puede ser visto o conocido a menos que Él asuma una forma visible. Romanos 1 explica, Él se reveló como Elohim, el Creador, al hablar del universo en la existencia. Él se reveló como Jehová, quien “siempre será lo que siempre ha sido”, por el que habita en el cuerpo de un hombre engendrado por el Padre. En Juan declaró, “porque las obras que el Padre me ha dado hasta el final, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de m, que el Padre me ha enviado.”

En la piel de Jesús vivió tanto un ser humano y el Hijo de Dios. Sus obras para terminar fueron a declarar el reinado (reino) de Dios sobre todas las cosas creadas, y para expiar los pecados de toda la humanidad. En la cruz, Él gritó, “¡Consumado es!”

Pero el Padre le haba dado otra tarea más para el Hijo. Sera necesario un segundo cuerpo, que podra existir a la vez en cada generación y en cada etnia. La eliminación del cuerpo de Jesús fue seguido diez das más tarde por el Hijo que desciende en lenguas de fuego Shekinah y el entró en su nuevo cuerpo. Al instante comenzó a cumplir su trabajo final. Como Pedro explicó que estaba revelando su presencia moral en el interior de las pieles de estos miembros del nuevo organismo. Miles se inclinaron delante de él y entraron en el Reino para vivir bajo su señoro.

Somos la ecclesia, “llamados” a quienes han recibido la plenitud de la divinidad que reside dentro de su piel. Después de ser bautizado por el Espritu Santo para convertirse en miembros del cuerpo, que transportan la presencia de Cristo en sus oikoses. De acuerdo con Pablo en 1 Corintios 14:24-25, Cristo mismo se da energa a las profecas de estos pequeños grupos para revelar su presencia, haciendo que los no creyentes caigan sobre sus rostros, confesando que: “Dios está entre vosotros.”

La célula es el tesoro más valioso de Dios en la tierra hoy en da

Tenemos que “dejar ir” nuestro tamaño de man, en conceptos erróneos acerca de la “iglesia” y el valor de los valores de Dios: una comunidad de Cristo llena de miembros, con los órganos controlados por el Jefe de la exposición de su presencia y poder a los incrédulos y los indoctos.

Principios clave

1. Todos los creyentes tienen igualmente la justicia completa de Cristo.

2. Todos los creyentes pueden manifestar la energa y los carismas de su poder.

3. El auténtico Evangelismo es el cuerpo de Cristo para la exposición permanente de su presencia y la observación de los no creyentes que caerán en sus rostros y le adorarán.

4. Cada célula, el cuerpo de Cristo, existe para él la experiencia que lleva a cabo la salvación del poder del pecado en su interior.

5. Cada célula práctica su misión principal: ayudar a Cristo cumplir su misión final: atraer a todos hacia s mismo. No pueden hacer esto por él, sino que se entregan a él para hacer esto a través de ellos.

6. La iglesia local no forma células, las células forman la iglesia local.

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Ralph

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Ralph Neighbour, Jr.

Ralph Neighbour, Jr.

Pioneer of the cell church movement. Author of numerous books, including, Where Do We Go from Here.

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