by Randall Neighbour
Sharing a meal in one’s home with neighbors, friends, or co-workers is nearly non-existent in my world. I live in the fourth largest city in the United States, and although Texans are a friendly bunch for the most part, they’ve completely lost the ability to exercise hospitality if you’re not a close blood relative.
For well over a year, we’ve invited our neighbors to come to our home for meals. They gladly accept the offer, and bring a side dish or dessert. Other members from our cell groups have also come over for dinner, and thoroughly enjoyed themselves. But reciprocity is not to be found, even when I am bold and ask, “So when can we expect an invitation to your house and share a meal?”
Etna and I have talked about this for hours on end. We’ve concluded that many people—Christians and pre-Christians alike—have confused entertaining with hospitality. In days gone by, one would invite two or three couples to come to one’s home for an evening of entertainment, complete with a sumptuous meal, parlor games, or a musical recital by a child or one of the guests. You know, like you see on old black and white television shows.
What a pity. This isn’t hospitality at all. This impresses others with what you own and what you can provide. Hospitality is a lifestyle characterized by: “This is who we are and how we act; how we live and dress; what we do around here when no one’s looking; and you’re more than welcome to join us… if you’ll make yourself comfortable, kick off your shoes, touch the refrigerator door handle often, and be sure to lock the door on your way out if we’ve headed off to bed before you leave.”
And this kind of hospitality, combined with the presence of Christ, is what turns a bunch of disconnected people into a church! What we must abandon in the cell movement is this notion that success is a weekly cell group meeting where the host makes everyone feel good and comfy and the members do their part to clean up afterward. These things aren’t bad and certainly necessary, but there’s a lot more to successful cell life than hosting a group’s meeting. It’s about prioritizing a way of living together in community, where hospitality is the norm, not something one goes out of his or her way to provide when the need arises.
Comments?
Randall
Korean blog: http://cafe.naver.com/ncdcell/1324
Spanish:
La necesidad de ejercer la hospitalidad hoy
Por Randall Vecino
Compartir una comida en un hogar con vecinos, amigos o compañeros de trabajo es casi inexistente en mi mundo. Yo vivo en la cuarta ciudad más grande en los Estados Unidos, y aunque los texanos son un grupo fácil para la mayora de los casos, han perdido totalmente la capacidad de ejercer la hospitalidad, si usted no es un pariente de sangre.
Durante más de un año, hemos invitado a nuestros vecinos a venir a nuestra casa para comidas. Ellos contentos aceptaron la oferta, y llevan un plato de comida o un postre. Otros miembros de nuestros grupos de células también han llegado a cenar, y se divierten. Sin embargo, la reciprocidad no se encuentra, incluso pregunto: “Entonces ¿cuándo podemos esperar una invitación a su casa y compartir una comida?”
Etna y yo hemos hablado acerca de esto por horas y horas. Hemos concluido que mucha gente- cristianos y pre-cristianos por igual, han confundido el entretenimiento con hospitalidad. En das pasados, se podra invitar a dos o tres parejas para llegar a su hogar para una noche de entretenimiento, con una suntuosa comida, juegos de mesa, o un recital musical a cargo de un niño o uno de los invitados. Ya sabes, como se ve en viejas series de televisión en blanco y negro.
Qué lástima. Esta no es hospitalidad. Esto impresiona a los demás con lo que tienes y lo que puedes proporcionar. La hospitalidad es un estilo de vida caracterizado por: “Esto es lo que somos, cómo actuamos, cómo vivimos y vestimos, lo que hacemos por aqu cuando nadie está mirando, y que eres bienvenido a unirte a nosotros… si usted se va poner cómodo, qutese los zapatos, toque la puerta del refrigerador, y asegúrese de cerrar la puerta al salir, si nos hemos dirigido a la cama antes de que usted se halla ido. ”
Y este tipo de hospitalidad, junto con la presencia de Cristo, ¡es lo que convierte a un grupo de personas desconectadas en una iglesia! Lo que hay que abandonar en el movimiento de las células es la noción del éxito, es una reunión del grupo celular semanal donde el anfitrión hace que todos se sientan bien, cómodos y los miembros hacen su trabajo de limpiar después de la reunión. Estas cosas no son malas, y sin duda necesarias, pero hay mucho más en una exitosa vida celular que ser el anfitrión de una reunión de un grupo. Se trata de dar prioridad a una forma de vivir junto a la comunidad, donde la hospitalidad es la norma y no algo donde se provee, cuando sea necesario.
¿Comentarios?
Randall
Wow, Randall.
Right on. This is a change of paradigm for Nort Americans including myself. Oh, God help me and help us to be hospitable in our House Church so Christ can be manifested through us.
Randall~ Excellent thoughts and insights. Really nice perspective. When in Wimberley, let me know and we’ll have some nice steaks… at my house!