by Jim Wall
Denominations are usually born out of revival. Sometimes the revival is sparked through the efforts of an apostolic leader like John Wesley and the Methodists. Other times churches unite around a common vision to accomplish the Great Commission. Whatever brings churches together to form the denomination, they are usually formed to support the movement.
Sadly, denominations have an amazingly common pattern. The longer they exist, the more programs they start. The more programs they have, the more resources they need to support them. In time, the denomination that was born to support a revival becomes an organization that needs its member congregations to support it. In time, protecting those existing programs are far more important than starting new ones. The fruit of innovation dies on the vine of status quo. Before you know it, the denomination that formed as an empowering agency becomes a permission withholding agency; i.e. “We can’t do that because it doesn’t fit in our organization.”
Can a cell church be a part of denomination? Absolutely! In fact, every church needs to be connected in some way with the greater Body of Christ. The question is, what kind of denomination should a cell-based church be a part of? That answer is simple, one that supports and encourages innovation and missional ministry. Five years ago, our church sensed the Lord calling us to leave our traditional denomination and form a relational network designed to support innovative churches. It’s called the Acts 2 Network. Next week I’ll blog about the Acts 2 Network’s efforts to avoid the common pattern.
For now, what is your experience with denominations: Are they more empowering or permission withholding?
Jim
Spanish blog:
Denominaciones: Poder o Agencia de Retención y permiso?
Por Jim Wall
Las denominaciones suelen nacer del avivamiento. A veces, el renacimiento es estimulado a través de los esfuerzos de un lder apostólico como John Wesley y los metodistas. Otras veces las iglesias se unen en torno a una visión común para llevar a cabo la Gran Comisión. Cualquier cosa que atrae a las iglesias a estar juntas para formar una denominación, usualmente son formadas para apoyar un movimiento.
Lamentablemente, las denominaciones tienen un patrón sorprendentemente común. Cuanto más largo existen, más programas comienzan. Entre más programas tienen, más recursos necesitan para apoyarlos. Con el tiempo, la denominación que nació para apoyar una reactivación, se convierte en una organización que necesita de sus miembros y congregaciones para apoyarla. Con el tiempo, la protección de los programas existentes son mucho más importantes que iniciar otros nuevos. El fruto de la innovación muere en la viña del statu quo. Antes de que te des cuenta, la denominación que se formó como una agencia de poder, se convierte en una agencia de retención y autorización, es decir, “No podemos hacer eso porque no encaja en nuestra organización”.
¿Puede una iglesia celular formar parte de una denominación? ¡Por supuesto! De hecho, cada iglesia necesita estar conectada de alguna manera con el cuerpo mayor de Cristo. La pregunta es, ¿En qué tipo de denominación la iglesia celular debera formar parte? La respuesta es simple, uno que apoya y fomenta la innovación y el ministerio misional. Hace cinco años, nuestra iglesia sintió que el Señor nos llamo a salir de nuestra denominación tradicional y formar una red relacional diseñada para apoyar a las iglesias innovadoras. Se llama La red de Hechos. La semana que viene voy a blog acerca de los esfuerzos de la Red de Hechos, para evitar un patrón común.
Por ahora, ¿Cuál es su experiencia con las denominaciones?: ¿Son más de poder o de retención y permiso?
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