by Jim Wall
This month we’ve been interacting about the problems a cell-based church might face when aligned with a denomination that doesn’t understand cell ministries. The contributors to this blog have been honest about those problems and offered a variety of solutions. In order for the conversation to be comprehensive, one of problems that must be addressed is finding the appropriate balance between meeting denominationally defined needs and those of the local church.
Denominations always develop programs and initiatives that need resources. Their only source for those resources is the member churches. Local churches also need resources to minister in their local context. Therein lies the tension. Every church has a finite amount of money, willing servants and creativity to meet an almost infinite number of needs around them. Any time those resources go to the denominational level, they are not available on the local level and vice versa. That may seem obvious, but church leaders often find it difficult to ask the cost-benefit questions. “What Kingdom benefits are being derived from resources we send to the denomination? What are those benefits costing the Kingdom at the local level?”
I am not saying local churches should not be denominationally aligned. One of the core values of cell-based ministry is relational connection. It is critical that cell groups that make up a local church have relational connections to one another. It is equally critical that local churches have relational connections with the greater Body of Christ.
I am saying church leaders need to honestly assess both the benefits and costs of those connections. They need to ask, “At what point do we say ‘No’ to denominational requests for resources?” They also need to ask, “At what point do we say ‘No’ to local ministries we’d like to do but shouldn’t because a denominational initiative has more potential benefit to the Kingdom?”
The more intentional we are about answering those questions, the more balanced we will be between resourcing denominational and local initiatives. The more closely the visions of the local church and the denomination are aligned, the easier that balance will be to find.
Spanish blog:
Equilibrando iniciativas denominacionales y locales
Por Jim Wall
Este mes hemos estado interactuando sobre los problemas que la iglesia celular podra enfrentar cuando se alinea con una denominación que no entiende los ministerios celulares. Los colaboradores de este blog han sido honestos acerca de estos problemas y han ofrecido una variedad de soluciones. Para que la conversación sea comprendida, uno de los problemas que deben ser nombrados es el de encontrar el equilibrio adecuado entre las reuniones denominacionales definiendo la necesidad y las de la iglesia local.
Las denominaciones siempre desarrollan programas e iniciativas que necesitan recursos. Su única fuente para estos recursos son los miembros de la iglesia. Las iglesias locales también necesitan recursos para ministrar en su contexto local. En ello radica la tensión. Cada iglesia tiene una cantidad limitada de dinero, voluntarios y creatividad para satisfacer un número casi infinito de las necesidades a su alrededor. Cada vez que esos recursos llegan al nivel denominacional, no están disponibles en el nivel local y viceversa. Esto puede parecer obvio, pero los lderes de la iglesia a menudo tienen dificultades para hacer las preguntas del costo-beneficio. “¿Qué beneficios del reino están siendo derivados por los recursos que enviamos a la denominación? ¿Cuáles son los costos de beneficios del Reino a nivel local?”
No estoy diciendo que las iglesias locales no deben ser alineadas en forma denominacional. Uno de los valores fundamentales de ministerio celular es la conexión de relaciones. Es fundamental que los grupos celulares que componen una iglesia local tengan conexiones relacionales entre s. Es igualmente importante que las iglesias locales tengan conexiones relacionales con el cuerpo de Cristo.
Estoy diciendo que los lderes de la iglesia deben evaluar honestamente tanto los beneficios como los costos de esas conexiones. Tienen que preguntarse: “¿En qué momento se dice ‘No’ a las solicitudes de la denominación por recursos?” También tienen que preguntarse: “¿En qué momento se dice ‘No’ a los ministerios locales, de lo que nos gustara hacer, pero no se debera, por una iniciativa denominacional que tiene un beneficio más potencial para el Reino?”
Cuanto más intencionales seamos para responder a estas preguntas, será lo mas balanceado que estaremos entre las iniciativas de recursos denominacionales y locales. Cuanto más cerca estemos de la visión de la iglesia local y la denominación este alineada, más fácil será encontrar el equilibrio.
Jim
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