by Brian Kannel
True confession: I’m kind of a sports nerd. I don’t follow as much as I used to (four kids and a growing church tend to shift priorities), but I still love to see the various storylines unfold in the world of sports. Among the most fascinating things to watch is the effect of coaching on a team. The coach never walks onto the field of play. The coach doesn’t play defense. The coach doesn’t execute the fundamentals within the heat of the game. However, despite that reality, the coach can have a huge affect on the game!
In my experience, the best denominational leadership teams act like good coaches. They encourage, give perspective, challenge at times, but ultimately, they recognize that we as pastors and church leaders are the ones that actually have to play the game. Therefore, they give the freedom necessary to be able to “play” according to the values of the system that we’re running—in this case, cell ministry. However, as the “players,” there are some things that we can do to help our leaders have the tools to coach us well. It’s vital for them to understand both you and cell ministry as best they can. If they are open, here are a few suggestions as to how to help equip them to lead you more effectively as a cell church:
- Recommend one key book that gives an overview of the values of cell ministry. Remember, they are very busy people, so don’t hand them your entire library! Choose one strategic book, ask them if they would be willing to read it over a period of time and then discuss it with you.
- Invite them to attend your Celebration gathering as well as several Cell gatherings, not as a speaker or instructor, but simply as an observer. In our context, we’ve invited our District Superintendent to come for a week, attend our Celebration and then visit cells throughout the week. I, then, spent time debriefing with him afterward about the experience.
- If there are multiple cell churches within your denomination and geographical region, consider putting together a forum for discussion around a specific cell topic (multiplication, development of leaders, communication of values, etc.) and then invite the cell pastors and leaders to be involved and your denominational leadership to observe.
- Consider having Joel Comiskey present a seminar on cell ministry for interested pastors and leaders within your district or region. In some instances, denominations would be willing to fund this as continuing education for their pastors!
These are just a few ideas—the goal, as you can tell, is helping them to understand as much as possible about us as cell churches. From that perspective, then, they are able to invest in us and our churches strategically. However, we have to remember that we are still the players who are actually on the field, and we must ultimately make the decisions as to whether or not a specific play fits within the system we’re running.
Denominational leadership, when given a basic understanding of cell ministry, can be a huge asset to the cell church by giving an outside perspective on what’s happening and giving insights that we might otherwise miss. We need to always remember that the primary goal of all ministry is the glory of Jesus and the expansion of His Kingdom—healthy cell ministry is simply a means to that end.
And that’s a goal that we can all agree on!
Those are my thoughts—what are yours?
Brian
Spanish blog:
Las denominaciones y la vida deportiva
Por Brian Kannel
Una confesión verdadera: yo soy una especie de nerd en el deporte. No sigo tanto como antes (cuatro hijos y una iglesia en crecimiento tienden a cambiar las prioridades), pero todava me encanta ver las diferentes historias que se desarrollan en el mundo del deporte. Entre las cosas más fascinantes de ver, es el efecto del entrenamiento en un equipo. El entrenador nunca entra en el terreno de juego. El entrenador no juega defensa. El entrenador no ejecuta los fundamentos en el calor del juego. Sin embargo, a pesar de esa realidad, ¡el entrenador puede tener un efecto enorme en el juego!
En mi experiencia, los mejores equipos de liderazgo denominacional actúan como los buenos entrenadores. Animan, dar perspectiva, a veces desafan, pero en última instancia, reconocen que nosotros, como pastores y lderes de la iglesia, son los que realmente tienen que jugar el juego. Por lo tanto, dan la libertad necesaria para poder “jugar”, de acuerdo a los valores del sistema en que nos estamos quedando, en este caso, el ministerio celular. Sin embargo, como los “jugadores”, hay algunas cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros lderes que tienen las herramientas para entrenarnos. Es vital para ellos entender tanto ha usted como el ministerio celular. Si están abiertos, aqu ah algunas sugerencias de cómo ayudarles a equiparte para liderar más eficazmente como una iglesia celular:
- Recomiende un libro clave que ofrezca una visión general de los valores del ministerio celular. Recuerde, ellos son gente muy ocupada, ¡as que no les entregues toda la biblioteca! Elija un libro estratégico, pregúnteles si estaran dispuestos a leerlo en un perodo de tiempo y luego discutirlo contigo.
- Invtelos a asistir a su reunión de celebración, y también a varias reuniones celulares, no como un orador o instructor, sino simplemente como un observador. En nuestro contexto, hemos invitado a nuestro Superintendente del Distrito a venir por una semana, asistir a nuestra celebración y luego visitar las células a lo largo de la semana. Yo, entonces, pasó tiempo con él preguntándole cual fue su experiencia.
- Si hay múltiples iglesias celulares dentro de su denominación y de la región geográfica, considere la elaboración de un foro de discusión en torno a un tema especfico de la célula (multiplicación, el desarrollo de lderes, la comunicación de valores, etc.) y luego invitar a los pastores y lderes de células para ser involucrados en tu liderazgo denominacional.
- Considere la posibilidad de presentar a Joel Comiskey en un seminario sobre el ministerio celular para pastores y lderes interesados en su distrito o región. En algunos casos, las denominaciones están dispuestas a financiar esta educación para sus pastores.
Estas son sólo algunas ideas, el objetivo, como se puede ver, es ayudarlos a comprender lo más posible acerca de nosotros como iglesias celulares. Desde esa perspectiva, entonces, ellos serán capaces de invertir en nosotros y en nuestras iglesias estratégicamente. Sin embargo, tenemos que recordar que seguimos siendo los jugadores que están realmente en el campo, y en última instancia, debemos tomar las decisiones en cuanto a si es o no, está especfica jugada esta dentro del sistema que se está ejecutando.
El liderazgo denominacional, cuando se les da una comprensión básica al ministerio celular, puede ser un gran activo para la iglesia celular, dando una perspectiva externa sobre lo que está pasando y dando ideas que de otro modo podran perderse. Tenemos que recordar siempre que el objetivo principal de todo ministerio es la gloria de Jesús y la expansión de Su Reino, un ministerio celular saludable es simplemente un medio para ese objetivo.
¡Y ese es un objetivo en el que todos podemos estar de acuerdo!
Esas son mis pensamientos, ¿cuáles son los tuyos?
Brian
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