by Steve Cordle
It’s been said that every family is dysfunctional, the only differences are in manner and degree.
The same could be said of groups – none are perfect because they are all made up of human beings, who are notoriously dysfunctional by nature.
However, that doesn’t mean we should not try to eliminate problems in our groups to the extent we are able. Intercepting dysfunction behavior will allow God to work more freely in the lives of the group members.
One of the more corrosive group problems is a member (or leader) who feels compelled to reform others in the group. The Reformer can be detected in a number of ways:
-> Advice giving; when group members bring up problems they are wrestling with, the Reformer steps in with “What you should do is…â€
You rarely hear someone respond with a sincere “thank you†to a directive like this from another member. In fact, giving advice usually creates barriers between members. If the member takes the advice and things go poorly, they will blame the Reformer. If they don’t take the advice, then they don’t feel they can’t talk anymore about the issue with the Reformer. Either way it’s a barrier to community.
-> Correction; otherwise known as trying to be Holy Spirit in someone else’s life. When members share a belief or an action in their lives that deviates from what the Reformer believes to be biblical, the Reformer is quick to offer a Bible verse. Of course, that verse is rarely “Why do you look at the speck of sawdust in your brother’s eye and pay no attention to the plank in your own eye?†(Mathew 7:3)
Needless to say, group members’ transparency shuts down if they feel judged by other members. Without authentic relationships, a group will be dull, lifeless and devoid of God’s power. It is important that leaders be taught to protect their groups from the impact of a Reformer. We cannot do the Holy Spirit’s job for him.
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Steve
Spanish blog:
Reformando “El Reformador”
Por Steve Cordle
Se ha dicho que cada familia es disfuncional, las únicas diferencias están en la forma y grado.
Lo mismo podra decirse de los grupos – ninguno es perfecto, porque todos ellos son hechos por seres humanos, que son notoriamente disfuncionales por naturaleza.
Sin embargo, eso no significa que no debamos tratar de eliminar los problemas en nuestros grupos, en la medida que sea posible. El interceptar disfunciones permitirá que Dios obre con mayor libertad en las vidas de los miembros del grupo.
Uno de los problemas de los grupos más corrosivos es el miembro (o lder) que se siente obligado a reformar a los demás en el grupo. El reformador puede ser detectado en un número de maneras:
– Dar asesoramiento; cuando los miembros del grupo traen problemas con los que están luchando, El reformador entra con “Lo que se debe hacer es…”
Rara vez se oye a alguien que responda con un sincero “gracias” a un directivo como éste de otro miembro. De hecho, el asesoramiento suele crear barreras entre los miembros. Si un miembro toma un consejo y las cosas van mal, van a culpar al reformador. Y si no toman el consejo, entonces sienten como que no se pueden hablar más sobre del asunto con el Reformador. De cualquier manera es una barrera para la comunidad.
– Corrección; también conocido como tratando de ser Espritu Santo en la vida de alguien. Cuando los miembros comparten una creencia o una acción en sus vidas, eso desva lo que el reformador cree que es bblico, el reformador es rápido en ofrecer un versculo de la Biblia. Por supuesto, ese verso raro “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no le das importancia a la viga en tu propio ojo?” (Mateo 7:3)
Sin necesidad de decir que la transparencia de miembros del grupo se apaga si se sienten juzgados por otros miembros. Sin relaciones auténticas, un grupo será aburrido, sin vida y carece del poder de Dios. Es importante que los lderes sean enseñados a proteger los herederos de los grupos desde el impacto de un reformador. No podemos hacer el trabajo del Espritu Santo para él.
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