by Joel Comiskey
Myth: If I Choose to Become a Cell Church, My Church Will Grow
Many people join the cell church movement because they’ve heard about Yoido Full Gospel church, the Elim church, or one of the other growing cell churches around the world.
They jump into the cell church strategy due to a promise—stated or unstated—of church growth. The underlying assumption is that if I become a cell church, my church will grow.
I confess that I gave this impression in my early days of cell ministry. If a pastor or church did cell church correctly, their church would grow. I’ve since become acutely aware of how easy it is to fall into this technique-driven methodology.
Truth: Only Jesus Can Give True Organic Growth
I’ll never forget walking at Myrtle Beach, South Carolina in February 2008. As I walked on the sand, I reflected on my experience of cell church growth in Ecuador and North America.
I had come to realize that the structure called cell church didn’t have power in itself to grow a church. At that moment while walking on the sand, I envisioned the cell church as a giant kite. The kite just sat there on the sand, and it couldn’t move without the wind picking it up. People could walk by and admire the kite, but it couldn’t fly into the air without the power of wind.
I realized that many cell churches are like that beautiful kite. They are well polished and beautifully constructed. The system is carefully laid out. Yet, the church won’t soar by itself. It will just sit there. A pastor can’t force the kite to take off. Unless the wind of the Spirit breathes into the structure and causes it to fly, nothing is going to happen. Apart from the Holy Spirit, church growth won’t happen. In fact, it should not happen. The only growth glorifying to God is the type that he initiates.
Jesus said, “. . . on this rock I will build my church, and the gates of Hades will not overcome it.†Jesus Christ is the head of the church. All authority has been given to him (Matthew 28:18). He will build his church, and he is the only one who can sustain that growth.
The senior pastor cannot grow the church. Cells cannot grow the church. Programs cannot grow the church. Because it is Christ’s church, he must grow it. The only type of growth worthy of Christ’s church is the supernatural, God-inspired growth.
We can plant and we can water, but ultimately God must give the increase (1 Corinthians 3:6-9). We should not want to be part of a church that grew because of the senior pastor’s skill or personality. Can you imagine the pressure on such a pastor to keep the church growing? (Many of the major pastoral scandals were caused by this human pressure to perform.) As soon as church growth becomes a man-made “I did it†strategy, we should flee.
Some pastors are so desperate for growth, it seems like they’ll do anything to make it happen. I heard about a church in Texas who gave away fifteen brand new cars during the Easter service. Attendance was at an all-time high that day! I suppose the attendance increase that day could be called church growth, but it’s probably best to take the word “church†out of the equation. Call it a raffle, an event, or a car drawing. Simply gathering people into a group or crowd is something other than the New Testament church. Even Jesus while on earth attracted multitudes to his miracles, but then he asked them to count the cost and most faded away.
The bottom line is that Jesus won’t be manipulated to give church growth to a church, no matter how desperate. The good news is that Jesus is in charge of the church, and he wants us to come to the point of looking to him for growth, so that we can point to the miracle of his growth rather than a slick set of programs that were implemented to make it humanly happen
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Spanish blog:
Mito: Mi Iglesia Crecerá Si Decido Convertirme en Iglesia Celular
Muchas personas se unen al movimiento de la iglesia celular porque han escuchado de la Iglesia del Evangelio Completo de Yoido, de iglesia Elim, o de alguna de las otras iglesias en crecimiento alrededor del mundo.
Se apresuran hacia la estrategia de la iglesia celular debido a una promesa expresa-o-no expresa- sobre el crecimiento de la iglesia. El supuesto que yace en el fondo de todo esto es que si me convierto en una iglesia celular, mi iglesia crecerá.
Debo confesar que yo di esta impresión en mis primeros años de ministerio celular. Si un pastor o una iglesia trabajaban bien su iglesia celular, su iglesia crecera. Desde entonces me doy cuenta perfectamente bien de cuan fácil es caer en esta metodologa basada en técnicas.
Verdad: Sólo Jesús Puede Dar Verdadero Crecimiento Orgánico
Nunca olvidaré el mes de febrero de 2008, mientras caminaba por la playa de Myrtle Beach, en Carolina del Sur. Al caminar sobre la arena, reflexionaba sobre mi experiencia del crecimiento de la iglesia celular en Ecuador y en Norteamérica.
Llegué a darme cuenta que la estructura llamada iglesia celular no tena poder alguno en s misma para hacer que una iglesia creciera. En ese momento mientras caminaba sobre la arena, me imagine a la iglesia celular como si fuera una gigantesca cometa. La cometa sólo yaca all sobre la arena, y no se poda mover sin que el viento la levantara. Las personas podan pasar cerca de la cometa y admirarla, pero esta no poda volar sin el poder del viento.
Me di cuenta que muchas iglesias celulares son como esa bella cometa, están bien lustradas y bellamente construidas. El sistema ha sido cuidadosamente establecido. Sin embargo la iglesia no alzará el vuelo por s misma. Solamente estará all. Un pastor no puede obligar a la cometa a alzar el vuelo. A menos que el viento del Espritu sople en la estructura causando que esta alce el vuelo, nada sucederá. El crecimiento de la iglesia no ocurrirá separado del Espritu Santo. De hecho no debe ocurrir. El único crecimiento que glorifica a Dios es del tipo que Él inicia.
Jesús dijo, “…sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella.†Jesucristo es la cabeza de la iglesia. Toda autoridad le ha sido dada a Él (San Mateo 28:18) El edificará su iglesia, y Él es el único que puede sostener ese crecimiento.
El pastor general no puede hacer crecer a la iglesia. Las células no pueden hacer crecer a la iglesia. Los programas no pueden hacer crecer a la iglesia. Porque es la iglesia de Cristo, Él debe hacerla crecer. El único tipo de crecimiento digno de la iglesia de Cristo es el crecimiento sobrenatural inspirado por Dios.
Nosotros podemos sembrar y podemos regar, pero al final Dios debe dar el crecimiento (1 de Corintios 3:6-9). No podemos desear ser parte de una iglesia que creció por las habilidades o por la personalidad del pastor general. ¿Te podras imaginar la presión sobre ese pastor por mantener la iglesia en crecimiento? (Muchos de los más grandes escándalos pastorales fueron causados por esta presión humana de hacer un buen desempeño). Tan pronto como el crecimiento de la iglesia se convierta en una estrategia hecha por el hombre, de “yo lo hiceâ€, debemos huir.
Algunos pastores están tan desesperados por tener crecimiento, que parece que estaran dispuestos a todo por que ocurra. Escuché sobre una iglesia en Texas que regaló quince carros nuevos durante un servicio de Pascuas. ¡La asistencia fue alta en todo tiempo durante ese da! Supongo al incremento de la asistencia de ese da se le podra llamar crecimiento de la iglesia, pero probablemente lo mejor sera quitar la palabra “iglesia†de esa ecuación. Llámale sorteo, evento, o rifa de carro. Simplemente reunir a personas en un grupo o dentro de una multitud es cualquier cosa, menos la iglesia del Nuevo Testamento. Aún Jesús mientras estuvo en la tierra atrajo multitudes con sus milagros, pero entonces Él les peda que pagaran el precio y la mayora se alejaba.
El punto es que no importa cuan desesperados estén, Jesús no será manipulado para dar el crecimiento a una iglesia. La buena noticia es que Jesús está en control de la iglesia, y Él quiere que lleguemos al punto de buscarle a Él si queremos el crecimiento, para que señalemos Su milagro de crecimiento, y no a un hábil conjunto de programas que se implementaron para que ocurriera humanamente.
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