by Mario Vega
San Salvador is the third most violent city in the world, after Ciudad Juarez in Mexico and San Pedro Sula in Honduras. The problem of gang violence is one of our major concerns as Christians. The reasons why young people needlessly spend their lives in a gang are diverse. But a very constant element is family disintegration.
The church, called to transform people, helps to solve the problem. The cells bring Christians near where people live and allows believers to meet children who are growing up in disintegrated homes. We encourage members of our cells to emotionally adopt one of those children. That is, we ask the cells to provide the care, affection and acceptance they are lacking in their homes. Without such love and acceptance, these same children will join gang, trying to fill the emptiness.
Our cells can give answers in a way that other measures have failed to give. We have over 1,500 children cells where an average of 22,000 children being helped through the cell ministry. The theme of violence and forgiveness are developed as weekly teaching topics. The children’s cell leaders have been instructed on issues such as verbal, physical and sexual abuse. Our goal is to give a solution to the serious problem of youth violence that is lived in our country.
All of this is besides, of course, the work done with the sick, the marriages, and the alcoholism problems, etc.
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Mario
Translation into Spanish
Células contra la violencia.
San Salvador es la tercera ciudad más violenta del mundo. Después de Ciudad Juárez en México y San Pedro Sula en Honduras. El problema de la violencia de las pandillas es una de nuestras mayores preocupaciones como cristianos. Las razones por las que los jóvenes invierten inútilmente sus vidas en una pandilla son diversas. Pero, un elemento muy constante es la desintegración familiar.
La iglesia, llamada a transformar las situaciones de pecado, hace un esfuerzo para contribuir a resolver el problema. Las células acercan a los cristianos a las personas y eso les permite conocer a los niños que están creciendo en hogares desintegrados. Animamos a los miembros de nuestras células a adoptar emocionalmente a un niño de esos. Es decir, a brindarle la atención, el cariño y la aceptación que no encuentran en sus hogares. Aceptación que irán a buscar en una pandilla a menos que los cristianos les brinden una alternativa.
De esa manera, nuestras células permiten dar respuestas que otras medidas no han podido dar hasta hoy. No se debe olvidar que también poseemos más de 1,500 células infantiles donde se atiende un promedio de 22,000 niños. El tema de la violencia y del perdón se desarrollan como temas de enseñanza semanal. Los lderes de células infantiles han sido instruidos en asuntos tales como el abuso verbal, fsico y sexual. La idea, es dar una solución al grave problema de violencia juvenil que vive nuestro pas.
Todo esto, por supuesto, aparte del trabajo que se hace con los enfermos, los matrimonios, los problemas de alcoholismo, etc.
Wow, i’m very impressed how the cells are changing the social ills of El Salvador!