by Mario Vega
El Salvador has one of the highest rates of homicide in the world. Gang violence causes many youth and children to die each year. The reason why younger kids join gangs is because they feel marginalized by the rest of society. For twenty years, the major concern of those who live in El Salvador is gang related violence. Several governments have come and gone none of them have been able to solve this problem. Meanwhile, the precious lives of young people and children continue to be lost.
In response, the Elim church has taken this problem seriously, and we want to turn the tide of gang violence. Children’s cells are not only a key method of evangelism for children but also the place where many children feel family warmth and love that they never felt in their homes. In the cell, they feel a love and appreciation that goes much deeper than the gangs. In the cell, they also develop kingdom values.
Let me give you an example. A four year old who was living in a very poor, high crime neighborhood came to our church. We asked him what he wanted to do when he grew up and he answered that he wanted to be part of a gang. Now, after several months of experiencing love and gospel values, he answers that he wants to be a to be a firefighter.
We now have about 28,000 children attending our cell groups. Our goal is to reach 100,000 (10% of the city’s population). Elim is having a growing impact over our city and we believe that influence will only increase. Transforming children and society is the vision under which we develop our work with children’s cells and it is the main motivation: to see a country transformed by the gospel of Christ starting with children.
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Mario
Spanish blog:
La visión de las células infantiles
por Mario Vega
El Salvador es uno de los pases con mayor ndice de homicidios en el mundo. La violencia de las pandillas provoca la muerte de un alto número de jóvenes y niños. La incorporación masiva de jóvenes de corta edad a las pandillas se produce en relación al grado de marginación social que viven. Desde hace más de veinte años el problema de las pandillas se ha convertido en la mayor preocupación de los salvadoreños. Varios gobiernos se han sucedido y ninguno de ellos ha podido dar solución al problema. Mientras tanto, las preciosas vidas de jóvenes y niños continúan perdiéndose.
Ante ello, la iglesia asume su responsabilidad dedicándose a la tarea de prevención de la violencia. Las células infantiles no solo son un método de evangelismo de los niños sino también el recurso por el cual se les brinda el calor de familia que no encuentran en sus hogares. Se les brinda una opción de aprecio diferente al de las pandillas y se les forma bajo los valores del evangelio.
Cuando uno de esos niños, de 4 años de edad, viviendo en condiciones de riesgo en un barrio pobre llegó a la iglesia y se le preguntaba qué deseaba ser cuando fuera grande: Pandillero, era la respuesta. Ahora, después de algunos meses de relacionarse con el evangelio y sus enseñanzas, responde que desea ser un bombero.
En la actualidad, la asistencia de niños a nuestras células infantiles es de un poco más de 28,000. Nuestra meta es poder alcanzar los 100,000. Porque ésta cantidad es casi el 10% de la población de la ciudad y, consecuentemente, puede provocar un impacto perceptible. Esa es la visión bajo la cual desarrollamos nuestro trabajo con células infantiles y es la motivación principal. Ver un pas transformado por el evangelio de Cristo comenzando con los niños.
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